Los Gemelos

Había en Villasimplón un comerciante ya entrado en años, padre de dos hijos gemelos. Los niños eran tan parecidos que ni la madre que los parió los distinguía. Cuando los niños cumplieron siete años, su padre llevó a uno de ellos a la ilustre y pintoresca ciudad de Pitiminí, mientras que el otro se quedó con su madre en su ciudad de origen, Villasimplón. Como en Pitiminí había mucha gente, el niño se apartó de su padre y se perdió, pero fue recogido por un rico mercader que lo llevó a vivir con él.

El padre, desesperado por haber perdido a su hijo, cayó en tal depresión que en unos pocos días, murió víctima de la tristeza. El abuelo, ante la pérdida del hijo y del nieto, hizo cambiar el nombre del nieto que le quedaba. Por amor al desaparecido lo llamó Menecmo. Así, los dos niños pasan a tener, sin saberlo, una apariencia común y el mismo nombre. Transcurren años y el Menecmo de Villasimplón inicia la búsqueda de su hermano. Y así es como un día llega a Pitiminí… lugar donde se desarrolla el gran lío.